Saber solamente sentir, es ignorar el mundo.

domingo, 6 de enero de 2013

Mi Mundo: Transformación


Caminando, asustada, decidida, descontrolada corrí sin echar la vista atrás, como un gavilán las alas, empuñaba mis dos espadas, destrozando cruelmente sin reparo toda vida, que se cruzaba ante mis ojos, el árbol más joven que agonizaba sufrimientos al ver derramada su sangre por el filo de mi espada, hasta la más vieja rana que murió con solo lanzarle una mirada. Mis ojos de un inmenso brillo y blanco puro como la misma luna, a esa mágica luz, que perecía hueso tallado habiendo sido colocado en las cuencas de mis ojos, mas no, era mi alma deseando escapar, destrozar al monstruo, mientras mi cuerpo mataba y destruía como una maquina, disfrutando al ver caer la sangre de los latidos inocentes, de aquel bosque maldito, yo...me sentía vacía, impotente intentando salir, escapar, arrancar las paredes de el alma de ese monstruo  si es que acaso  todavía la conservaba. Vi como martirizaba sin piedad, como algo podía tener tanta furia , tanta ira dentro, ahí en ese instante comprendí el por qué jamas se supo de sus estragos, a no ser que alguien se perdiese buscándola en el bosque, Irka, se había adueñado de mi cuerpo, tal vez, fuera una lúgubre y triste alma, un simple espectro negro  inamovible que bagaba solo por el bosque buscando algo de lo que alimentarse, una mera esperanza de vida de la que adueñarse y dejar solo, tristeza dolor y muerte, y, yo ahora comprendía su ira...no se como ni por qué, pero entendí su historia sin conocerla, ella acumula la ira de los hombres en su vida, y tiene que derramarla. A los mortales, solo basta con una pequeña controversia para poder hacer que desaparezca esa hercúlea cólera, ella, necesita notar como brota la sangre de una herida, sentir como recorre la vida en su espada.
Entonces, el aullido de un lobo resonó por las montañas, e inmediata mente  recuperé el control de mi cuerpo, estaba confusa, pero ala vez me sentía fuerte, todo aquello, toda esa sangre que antes me daría asco, tanta muerte sin sentido, ahora me resultaba, inesperadamente morbosa,  matar, un éxtasis divino, un placer de bestias, y sabia, por más que no se notara, que irka, seguía en mis entrañas, deseando volver a ser libre y resquebrajar los caminos de los pecadores, de los santos, de guerreros, de monarcas, de todo... Y por una vez en mi vida eso me pareció deleitable, la droga más pura, la sangre, escuchar las suplicas, los gritos, cada lamento con cada timbre con cada tono, cada maldición, la expresión diferente de cada ser al sentir la muerte clavada en su corazón y solo atrayendo al dolor.Todo esto por mero placer, y sabía que algo cambio, hasta mi indumentaria cambio, era mas dura mas fuerte, terriblemente mas temeraria, que hasta a mi me dio miedo al mirarme, cualquiera que me viese, sabría su destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario