Saber solamente sentir, es ignorar el mundo.

domingo, 6 de enero de 2013

Neira.

Cada vez que la recuerdo, tan hermosa, mi musa mi princesa,su sonrisa se ceñía suavemente al manto de las estrellas, su cuerpo era como si quisieras personificar la seda, tan suave, tan nítida  Era tan dulce era un trocito de chocolate fundiéndose entre las sabanas, su figura se estiraba suavemente entre las almohadas, su mano derecha puesta suavemente sobre su cadera como si quisiera darle mas importancia a algo tan perfecto como sus curvas, su espalda era un desfiladero hasta un paraíso de praderas infinitas. En sus pechos, como dos manzanas, tan comibles y apetecibles como estas presididas por su perfecto cuello de cisne, su faz alargada, sus labios rojizos, aun sin carmín  gruesos, blandos, sus ojos, almendrados, imnotizantes, abismales, cautivaban a cualquiera, como dos zafiros, intensos, y de un inmenso azul como el océano  casi era tan intratable como el agua. Si hubieran esculpido el amor en marfil, habría salido ella, cuando su pelo recubría sus mejillas, como la noche, suelta melena alargada, lisa y negra que caía por sus pezones rosados haciéndola parecer más hermosa aun. No puedes escapar a ella, es imposible, es hermosa, es imparable, no perece, no cambia, la conoces, sabes que no la quieres, pero acabaras en sus brazos, tarde o temprano, como todos.

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